Si alguien pensaba que la brecha salarial era un problema superado, la realidad demuestra lo contrario. Este fenómeno persiste tanto a nivel mundial como en México y limita el avance hacia una sociedad más justa.
De acuerdo con el Índice Global de Brecha de Género 2024, las mujeres en el mundo reciben en promedio 16 % menos que sus pares masculinos por realizar trabajos equivalentes. México ocupa el lugar 33 de 146 países evaluados y el séptimo de 22 en América Latina y el Caribe. Son posiciones poco alentadoras que evidencian la necesidad de actuar con decisión.
La desigualdad salarial no sólo afecta la economía individual de las mujeres, sino que perpetúa la exclusión social, la pobreza y la falta de diversidad en puestos de decisión. Esto impacta negativamente en la competitividad de las empresas y el desarrollo de todo el país.
Cerrar esta brecha exige políticas públicas efectivas y una transformación cultural profunda. Es necesario impulsar ambientes laborales inclusivos, esquemas flexibles, tabuladores y auditorías salariales, así como reconocer el valor del trabajo femenino y promover la corresponsabilidad en el hogar.
No se trata únicamente de un asunto de género: una brecha salarial amplia afecta el crecimiento económico, la innovación y la cohesión social. Reducirla significa apostar por un país más competitivo, justo y con mayores oportunidades para todos.
La equidad salarial no puede seguir siendo una meta pendiente. Es momento de acelerar el cambio y construir entornos donde hombres y mujeres reciban una retribución justa por su talento y desempeño.
Consulta el artículo completo en https://issuu.com/mundoeje/docs/mundo_ejecutivo_edomex_021_septiembre_2025